En Madrid hay un pasadizo, muy cerca de la Puerta del Sol, que alberga uno de los lugares más deliciosos de la ciudad, literalmente hablando, la Chocolatería San Ginés . Un imperdible de Madrid. Fue fundada en 1894 y desde entonces sirve el más rico chocolate con churros. Está abierta toda la noche y es centro de reunión para amantes del chocolate y también para noctámbulos. Siempre hay cola y como el lugar es bastante pequeño, las mesas invaden el pasaje. El chocolate es tan espeso que la cuchara casi no se desliza en él y los churros, que sinceramente no probé porque ya era demasiado, los frien en largos espirales que luego cortan en porciones. El lugar es encantador pero está siempre lleno y hay una actividad frenética de mosos y comensales. No lo recomiendo para pasar un rato tranquilo conversando, las mesas son pequeñas y el ruido muy alto. Una taza de chocolate con cuatro churros cuesta unos 3 euros. Nada caro.